La autora de este libro fue de vacaciones a Kenia en 1986, con el que era su novio, y allí se enamoró a primera vista de un joven masai, se casó con él y tuvo una hija. A los cuatro años de matrimonio, debido a los celos de él y a las diferencias culturales, ella volvió a su país natal, Suiza, con la niña, decidida a no regresar a África. El libro está escrito con soltura y refleja las penalidades por las que la autora tuvo que pasar, que en cierto momento la llevaron a recurrir a la marihuana para relajarse y soportar la situación.El conjunto tiene un tono negativo y naturalista.