«Huésped inquietante» llamó Nietzsche al nihilismo. Huésped también inesperado, pues surgió cuando la razón y la técnica parecían abrir al hombre perspectivas fáusticas que volvían a dar actualidad al «seréis como dioses» que la Serpiente dirigió a la primera pareja humana. Y es un huésped, sobre todo, del que, una vez en casa, no hay forma de desentenderse. Pero ¿qué es realmente el nihilismo? ¿En qué momento de la historia surge? ¿Qué circunstancias y actores contribuyeron a su alumbramiento y a su sostenimiento? ¿Qué podría superarlo?