timidez

El plan de verano de Ware es que lo dejen en paz para poder pasarlo en su mundo. Pero sus padres tienen otros planes para él. Por ejemplo, mandarlo a un campamento donde tendrá que relacionarse con chicos de su edad, como se supone que hacen los muchachos normales. Pero Ware no es normal.

Willow vive en un buzón abandonado y le gustar estar ahí. Fuera, los niños gritan y los balones de fútbol chocan, los árboles parecen monstruos y la lluvia es tan ruidosa que da miedo. Es mucho más agradable quedarse dentro, dibujando. Pero entonces un niño deja caer una carta en el buzón de Willow: es una nota para la luna, pidiéndole un favor especial. Willow sabe que, si no se atreve a salir al mundo exterior, la carta nunca será entregada y el niño nunca cumplirá su deseo. ¿Debe intentarlo al menos? ¿Podrá hacerlo?

Desgarrador relato de Kafka refiriéndose a su propio padre, en el que lo acusa de su timidez progresiva y su inutilidad para ciertas cosas. Desde joven, Kafka tuvo, según el relato, una educación sumamente rigurosa, llevada al extremo de no poder hacer ni decir nada sin ser censurado por ello. Un testimonio de primera mano, crudo por cierto.

Victoria y su abuela Helena, conocida cantante de ópera, retirada ya hace años, van a vivir dos ajetreados días, empeñadas en ayudar a un pequeño y curioso amigo, Stradivarius, al que han conocido, casualmente, en el parque que hay frente a su casa. ¿Cómo ayudarán a Stradivarius, Amati y Guarnerius para evitar su extinción? El secreto lo tiene Paganini... ¿Pero cómo darán con él?.