Con Veneno y sombra y adiós se cierra el periplo londinense de Jacobo -o Jacques o Jack o Jaime o Iago o Yago- Deza, el profesor que se inventaba etimologías en la oxoniense. El primer tomo comienza con el sonido de unos pasos a la espalda de Jacobo Deza y concluye con el autor de esos pasos llamando al timbre del protagonista. En el segundo sabemos que es Pérez Nuix quien llama, y sube al piso, y entretanto nos hemos enterado de cómo se las gasta Tupra, el jefe de la oficina innominada donde Deza ejerce de agente secreto.