Alexandre Dumas, padre, compartió con otros autores románticos de su época el gusto por los viajes a países exóticos. Los habitantes y costumbres de Darguestán sin duda le inspiraron este relato, que aborda la aventuras de un joven intrépido, Iskander, capaz de las más arriesgadas gestas para lograr dos de los más preciados objetivos del ser humano: el amor y el reconocimiento.