El modernismo teológico, que se desarrolló desde finales del pontificado de León XIII hasta poco después de la Gran Guerra, fue uno de los intentos teológicos más revolucionarios de los tiempos modernos de la Iglesia. Su momento más álgido coincidió con el pontificado de san Pío X (1903-1914). El modernismo tuvo distintas ramificaciones teológicas, sobre todo bíblicas, dogmáticas e historiográficas, y se extendió a otras áreas culturales.