Tycho Brahe y Johann Kepler diferían en todo: la cuna, la fortuna, el carácter e incluso su aspecto físico. ¡Difícil imaginar dos personajes más opuestos! Y sin embargo, el azar se encarga de propiciar un encuentro entre los dos que, además de pasional y violento, resulta ser casi cruel. De este duelo emerge un único vencedor: la gran verdad acerca del universo.