El Shanghai de finales de los años treinta bajo la ocupación japonesa, era una ciudad de extremos: un centro financiero internacional y lujosos hoteles y a su vez, barrios miserables como Hong Kou, que terminará siendo un gueto judio.
La novela se desarrolla en este barrio , convinándola con algunos personajes que se mueven -literalmente- hasta llegar a la ciudad de Sanghai.