Después de sobrevivir al exterminio de los judíos en Europa, Joseph Shapiro se establece en los Estados Unidos donde amasa una gran fortuna. Es hijo y nieto de rabinos pero Joseph vive como un gentil. La llamada de Dios le alcanza a través de una experiencia humillante: la vergüenza que siente cuando llega a su casa y encuentra a un hombre –un colega de su esposa- saliendo a medio vestir por la puerta trasera. Joseph decide dejarlo todo y marchar a Israel. Va en busca del judaísmo que conoció siendo niño en la casa de su padre y de su abuelo.