El acto de fe en Jesucristo tiene siempre consecuencias: hay mártires que derraman su sangre por esa fe; otros, también santos, ven transformada su vida. Un planteamiento serio de la fe tiene su mayor desafío en la experiencia coherente de los creyentes. Este libro se estructura en torno a Dios, en quien se cree; al hombre, que realiza un profundo ejercicio de racionalidad y libertad; y a la Iglesia, donde se recibe, se vive y se celebra la fe.