Pionero del vanguardismo literario español, Ramón Gómez de la Serna cree, en sintonía con la ideología de la modernidad, que el mundo es un caos sin sentido y que, por lo mismo, la literatura traicionará por fuerza la realidad si se empeña en darnos, en un discurso trabado, la imagen de ella. Sólo es posible capturar instantes y perspectivas provisionales. De ahí, en la línea de la tradición aforística, brota un género que contiene la célula básica de todos sus escritos, la greguería.