Nacido en 1918, en el medio rural francés, Aimé fue el quinto de nueve hijos. Se ordenó sacerdote en 1949. Durante dos años frecuentó las tabernas para hablar allí de Jesucristo. A partir de 1953 se dedicó, con la autorización de sus superiores, a la canción popular religiosa y dió más de 3000 conciertos en 44 países. Alcanzó una gran popularidad pero se alcoholizó. Él lo achaca a su inseguridad personal y a la falta de comprensión de sus compañeros y superiores, aunque sus biógrafos se refieren más bien a un estilo de vida y al idealismo tan propio de los años 50 y 60.