Cuentos populares, historias que los padres, las madres, los abuelos han repetido infinidad de veces, con sabrosas variantes, y que hacen las delicias de los niños desde tiempos inmemoriales. Lucrecia es consciente del valor de este material hecho de sueños, de sabiduría ancestral, de ternura, y lo recupera con renovada gracia y frescor.