Brooklyn, Nueva York, año 1912. Francie, de once años, es hija de una joven de origen austriaco, seria y trabajadora y de su marido, tan encantador como informal. Escrita con estilo sobrio, lleno de matices expresivos, la obra, muy bella, narra la lucha contra la pobreza de la pequeña y de su madre, dos caracteres bastante parecidos, y la tenacidad con que superan los problemas. La atmósfera narrativa refleja tanto oscuros rincones de sufrimiento y tristeza como ángulos luminosos de esperanza y afecto.