La decisión de editar ambas obras, «Tan largo me lo fiáis» y «Deste agua no beberé», en el mismo volumen asume la hipótesis de que las dos pueden ser obra del mismo autor, Andrés de Claramonte, y dado que ambas fueron representadas en 1617, su contenido puede apuntar a una intención consciente de crítica social y política: la denuncia de un tipo de monarca que es incapaz de administrar la justicia.