Son muchas las voces hoy que consideran el Aprendizaje Permanente el paradigma educativo propio del siglo XXI. Así, cada vez es mayor la atención que se viene prestando a esta idea, no sólo en un plano teórico, sino también desde las políticas educativas de todos los países. Y es previsible que este interés aumente en el futuro próximo, pues la propia Unión Europea ha sancionado en el Tratado de Ámsterdam que «el Aprendizaje Permanente es en lo sucesivo el principio rector de la política comunitaria en el campo de la educación y de la formación».