"En la estrecha cima de una montaña nevada que azotaban con rabia y furia las ventiscas, entre yaks de apariencia y medidas distintas, vivía Greta, la más pequeña de la manada".
Ser pequeña entre una manada tan grande y fuerte puede ser un verdadero quebradero de cabeza. ¡Aunque te repitan que has de tener paciencia para crecer! Sin embargo, las situaciones más complicadas a veces te guardan una tremenda sorpresa. ¿Quién ha dicho que una yak pequeña no puede convertirse en una gran heroína?