"Partiendo de un hecho evidente, la colaboración de Azaña con los movimientos revolucionarios que llevaron a la guerra civil, y el definitivo arrastre del político alcalaíno por ellos, Girauta se plantea a qué obedeció tal fenómeno, habida cuenta de que Azaña, desde luego, no deseaba tal cosa; por el contrario, deseaba ser él quien dirigiese y controlase los movimientos revolucionarios, ser él quien los hiciese sus colaboradores, y no a la inversa.