«Cuando acabé de escribirte esta larguísima carta comprobé que era un libro», le explica Telela a Amanda y, más adelante, añade «No me gustaría que mi carta fuera una suma de versos sueltos, de ideas sueltas, sino cadena fuerte con eslabones de consuelo y de vida ante lo que parece roto para siempre, pero conforma un mosaico». Telela, culta y enamorada de un marido ausente para siempre, recrea, recuerda..., recupera para Amanda, pero sobre todo para ella misma, distintas momentos de su existencia en espacios bien diferentes -Madrid, Barcelona, Jaén-.