Mike Schofield, corredor de bolsa londinense, suele invitar a comer en su casa a un famoso gastrónomo, Richard Pratt, con el hace pequeñas apuestas sobre si Pratt es capaz o no de adivinar la procedencia del vino que sirve el anfitrión. En una de esas comidas, Mike, seguro de que Pratt no será capaz de adivinar la marca del segundo vino que sirve, hace una apuesta muy arriesgada, que Pratt toma como un reto.