Las biografías de los grandes artistas siempre han sido mejores cuando son narradas desde la óptica de una inteligencia de igual o superior magnitud. En este caso, es todo un lujo que hoy podamos disfrutar de la mirada que un inglés decente como Chesterton dedicó a un enigmático y casi sobrenatural William Blake. Digamos que este libro son dos libro en uno pues a él se pueden acercar no sólo los admiradores de Blake sino también los habituales lectores de las peripecias del famoso sacerdote y detective Padre Brown.