«La casa de Bernarda Alba» es el final y la cima de la trayectoria dramática de Federico García Lorca. En ella se desarrolla el conflicto entre dos fuerzas mayores: el principio de autoridad ciega, con su secuela de orden y poder, y el principio de la libertad instintiva en su lucha imposible y permanente por imponerse. Una trágica visión del alma humana universal, de la sociedad y, como prefiguración genial, de la realidad española de 1936.