Joan Scudamore es británica y, sobre todo, una mujer perfeccionista. Muy consciente de su posición social. Casada y con tres hijos, regresa de Bagdad a donde ha ido a visitar a su hija pequeña, que ha dado a luz y se encuentra enferma. En el viaje de vuelta Joan se ha quedado aislada por las lluvias en la fonda de una estación de ferrocarril, en el desierto de Irak. Unica ocupante del establecimiento, transcurren los días sin que se restablezca el servicio.
