Un obrero ferroviario, testigo involuntario de un crimen, encuentra el botín por el que se cometió: una maleta llena de billetes del Banco de Inglaterra. El ambiente en una pequeña ciudad de la costa normanda está perfectamente captado, así como la evolución del protagonista, un hombre maduro que fue siempre un ejemplo de honradez, pero al dejarse tentar por la codicia se va transformando en un ser irritable y desquiciado, hasta cometer un asesinato, sin dejar de ser, en el fondo, un infeliz.