La Inquisición vista desde abajo coloca en el centro del análisis a gente corriente que se vio involucrada en los tribunales del Santo Oficio. Junto a ella, los ministros de la institución aparecen actuando a pie de calle, recogiendo un sinfín de deposiciones, acusaciones o testimonios de muy diversa índole. La lectura crítica de estas testificaciones delata a su vez una panoplia de creencias, miedos y prejuicios anidados en las mentalidades y en la cultura popular de aquella época, lo cual ayuda al lector a entender mejor el mundo del que procedemos y que nos conforma.