«Leonardo Castellani, como aquellos pintores de frescos que, allá en la edad de oro de la Cristiandad, reservaban a la Parusía el lugar de privilegio en sus hermosas representaciones de la Historia de la Salvación, sabe que la virtud teologal de la esperanza acaba marchitándose, o convirtiéndose en una cáscara hueca, cuando dejamos de esperar la segunda venida de Cristo.»