Con La gaviota se abre en España el camino hacia la novela realista del siglo XIX. Es al mismo tiempo una novela de costumbres, una novela regional y, en cierto sentido, de tesis. A la manera de Balzac, por quien la autora siente gran admiración, trata de presentar de forma realista conductas humanas enmarcadas en un determinado contexto histórico y social.