Primera traducción al castellano de El promontorio del sueño. En 1834 Victor Hugo (1802-1885) contempló la luna a través del telescopio del célebre astrónomo Dominique François Arago, entonces director del Observatorio de París. Casi treinta años después, y en el exilio en la isla anglonormanda de Guernesey, recordó aquella experiencia que le pareció comparable al viaje de Dante guiado por Virgilio. El resultado del recuerdo fue este breve texto.