Juan Pablo II centró su pontificado en tres aspectos fundamentales. Su devoción a la Virgen, su amor por los jóvenes y su defensa a ultranza de la familia. Pero nunca estuvo solo en la elaboración de su pensamiento. Siempre estuvo a su lado su fiel amigo Raztinger. Se conocieron en el Concilio Vaticano II y desde entonces sus vidas fueron parejas. En los últimos años de Juan Pablo II, las encíclicas dedicadas a las familias y los encuentros posteriores con éstos tuvieron una cálida acogida en la comunidad cristiana.