«Hemos empezado a llevar cadáveres al Palacio de Hielo». El autor se sienta a escribir cuando recibe esta confidencia en su teléfono móvil. Entonces, anota: «Los hornos crematorios de la ciudad han colapsado». A partir de ahí, pertrechado de su salvoconducto periodístico, indaga en la psicología de quienes combaten la pandemia desde el ojo del huracán. También recorre aquellos lugares clausurados a los que accede gracias a su carné de prensa, hasta el punto de quedarse solo en el parque de El Retiro.