Es el último verano de la guerra. El joven soldado Walter Proska es asignado a una pequeña unidad de la Wehrmacht destinada a asegurar una línea de tren en el frente oriental. Ocultos en un bosque, en medio del calor abrasador, desgastados por los constantes ataques de mosquitos y abandonados por sus propias tropas, Proska y sus camaradas se ven sometidos a las órdenes del sargento al mando.