La difamación tiene muchas variantes. Se puede atribuir a otro una culpa falsa, o exagerar una culpa verdadera. Se puede sugerir que el bien que ha llevado a cabo tiene intenciones torcidas. O hablar mal de un colectivo, o sembrar una sospecha...Cuando el rio suena, agua lleva. Por escrito, su voz llega más lejos, dura más tiempo, y más aún si la vocean los actuales medios de comunicación. La ética cristiana ha dicho mucho sobre esto. El autor, experto en esa materia, analiza motivos, daños y posibles remedios.