Martín Santomé es un oficinista montevideano, próximo a la cincuentena. Su vida se detuvo años atrás, cuando murió su esposa al dar a luz al tercer hijo de ambos. Él tenía entonces veintiocho años y ella veinticinco.
Hoy un nuevo afecto femenino ha entrado en su vida, lo que supone una tregua para su soledad.