Continuación de "El velo de la verónica", sin la que pierde parte de su significado, por las múltiples referencias. Se muestra la vocación esponsal de todo ser humano, que puede vivirse en la conyugalidad o la castidad. Sólo de este modo se puede aproximar a la verdadera dignidad del matrimonio, ligado a la real unión de los conyuges, como Cristo a su Iglesia, con una metáfora literaria que puede a algunos resultar excesiva, pero sin duda es apasionante. El amor, en este caso de una mujer a su novio y posible esposo, que redime a otro amor, el del chico, ideologízado, opresivo.