1806. Prusia acaba de pactar una paz de urgencia con Napoleón y en los salones de Berlín se discute de política y de teatro. Según los más críticos, el ejército prusiano «en lugar de honor sólo tiene arrogancia y en lugar de alma un mecanismo de relojería». El capitán von Schach, dicen algunos, es el prototipo de ese mundo; él mismo se compara con un caballero templario.