Mauricio Greis, un abúlico dentista catalán, con ideales pero sin carácter, lleva menos de un año trabajando como dentista en una conocida clínica de Barcelona, a mediados de los años 80. En los años que pasó en Madrid, estudiando estomatología, se desconectó de sus amigos. Ahora se encuentra en un “recomenzar”. En sus tiempos de universitario simpatizó con las ideas izquierdistas, pero sin llegar a pertenecer a ningún partido.