Hubo intelectuales que sirvieron a la Segunda República española de forma no sectaria. La monarquía de Alfonso XIII se había desacreditado y estos apoyaron a la República como forma de gobierno y de convivencia. Al estallar la Guerra Civil y la revolución en el bando republicano también ellos tuvieron que salir de España para poner a salvo sus vidas. Entre otros se encontraba Salvador de Madariaga.