Durante los últimos cien años, el estudio de los textos bíblicos ha experimentado un notable progreso. En buena medida, es fruto del esfuerzo metodológico realizado por investigadores que han ido proponiendo, contrastando y perfeccionando una serie de procedimientos para abordar los textos originales de forma crítica y contrastada. En este sentido, el conocimiento de los diversos métodos resulta imprescindible para entender las aportaciones de la exégesis bíblica y, sobre todo, para iniciarse en ella.