Un puertofranco, una ciudad que probablemente esté en el Mediterráneo y que acaso pudiera ser Tánger. Pasan los tranvías y aprieta el calor, que ahuyenta a la gente de las calles. Jimmy Sarano vive allí un exilio voluntario. Escribe folletines para Radio Mundial, un nombre pomposo para una emisora modesta. Y su vida transcurr e monótona: espía al vecino de enfrente, se cruza con otros exiliados... Hasta que un día, tras la cristalera de un café, descubre a una chica cuyo rostro le recuerda a alguien que conoció en París.