La idea de EL DIABLO EN LA BOTELLA ya aparece en repetidas ocasiones en la literatura, desde la lámpara de Aladino hasta el folclore alemán, pasando por el pacto con el diablo de Fausto. Stevenson mezcla imágenes de tradición oriental con la idea de condenación del cristianismo y con elementos de cultura local de Polinesia.
La historia es la de un doctor que vende su alma al diablo a cambio de que este satisfaga todos sus deseos. Al final claro, el demonio viene a cobrar su parte y se acaba el invento.El relato original tiene el valor añadido de recoger la tradición sobre cierto prestidigitador de feria que con sus sortilegios y actuaciones alcanzó esa fama. El autor ha sabido ver como ese poder que obtiene va acompañado, en su Doctor Fausto, de una creciente desesperación creyendo que Dios no lo podría perdonar.
Fausto viejo, desengañado incluso de su sabiduría, aguarda a la muerte tras desestimar el suicidio. Paseando recibe la visita de Mefistófeles, que disfrazado de perro, le ofrece un pacto: volverá a ser joven y a enamorarse a cambio de su alma.