Ni la huida de Helena con el apuesto Paris, ni la codicia del griego Agamenón fueron las verdaderas causas de la batalla de Troya, la epopeya más cantada de todos los tiempos. Según Ares, dios de la guerra y narrador de esta historia, el origen de la disputa fueron los celos de las diosas Hera y Atenea cuando Paris eligió a Afrodita como la más bella.