Desde la creación del Imperio romano con la victoria de Julio César sobre la república hasta su ruina y desmembración (una época en que un emperador como Valeriano podía morir en cautividad y en la miseria), Thomas de Quincey pasa revista en Los césares (1832-1838) a más de cinco siglos de civilización. En ellos se mezclan razón de Estado y espíritu cívico, guerra −primero como conquista, luego como necesidad− y ostentación, y el complicado juego de poder y usurpación que se dirime entre el emperador, el Senado y el Ejército.