Por las páginas de esta novela transita un hombre a quien el tiempo ha reducido a ser sólo memoria, recuerdo trazado durante siglos en el camino abierto por todas las guerras. Entre el niño que en las playas de Esciros contempla el Egeo junto a su amigo Aquiles y el hombre que, ya cansado, se dispone a escribir su vida en su piso de Atenas, transcurre un amor eterno y la Historia completa de Europa.