El Maude Idris fondea en el Támesis cargado con todo tipo de materias preciadas, como ébano y marfil, procedentes de África. Esa misma tarde, el capitán Clement Louvain deja a cargo de unos marineros armados, la vigilancia del barco y su carga pero, al día siguiente, se encuentra con que el marfil ha sido robado y uno de los marineros asesinado. En su deseo de esclarecer el asunto y recuperar lo sustraído, Louvain encargará a William Monk la investigación del caso.