Los suizos, fieles al Emperador, se encuentran oprimidos por un régimen monárquico tiránico e invasor. La situación llega a un grado de injusticia que los diversos cantones se alían para expulsar a los ocupadores. Tell es un hombre de bien, un Suizo más, amante de la naturaleza, de su familia, de sus vecinos; un hombre noble, valiente y generoso. Por una presunta insubordinación el gobernador le castiga y prueba su destreza con el arco obligándole a disparar sobre la manzana que descansa en la cabeza de su propio hijo. Acierta, pero es apresado. Consigue escapar y mata al gobernador.