La inspectora Salazar se ha enterado de que junto a ella nació una gemela, que ésta había sido asfixiada por la madre de ambas y que la misma Amaia se salvo de milagro de ser muerta en la cuna. Ahora tiene que investigar una serie de crímenes contra criaturas recién nacidas. Todas tienen un certificado de defunción por "muerte súbita del lactante", pero los ancianos del Baztán la atribuyen a Inguma, un demonio que se bebe el aliento de los niños mientras duermen. Incluso Ibai, el hijo de la inspectora, corre peligro de ser ofrecido a la tormenta..