«¿Cómo ocurrió que un pequeño grupo de pueblos de Europa occidental, en un período de tiempo relativamente breve, pudo transformar el mundo y emanciparse a sí mismo de la dependencia que durante siglos sujetó al hombre a las fuerzas de la naturaleza? (...) Tal vez se deba a que su ideal religioso no consistió en adorar una perfección eterna e inmutable sino en un espíritu que se esforzaba por incorporarse a la humanidad y por cambiar al mundo.