Charlotte Holladay decide abandonar por una temporada a sus hijas Liz y Bean, de quince y doce años respectivamente, dejándolas solas en la pequeña ciudad de California donde residen porque necesita encontrarse a sí misma. Cantante frustrada, con un pasado desalentador, y un posible futuro que solo existe en su imaginación, se niega a volver a su pueblo de Virginia de donde salió al poco tiempo de nacer Bean.