Acababa de terminar la Misa central de la Jornada Mundial de la Juventud de 2011 cuando Benedicto XVI, emocionado por todo lo vivido en Madrid junto a millón y medio de jóvenes, les dijo: "Vuestros amigos querrán saber qué es lo que ha cambiado en vosotros después de haber estado en esta noble Villa con el Papa y cientos de miles de jóvenes de todo el orbe. ¿Qué vais a decirles? Os animo a que deis un audaz testimonio de vida cristiana ante los demás".