A los cincuenta años David Kobra pasa revista a su vida y a sus recuerdos. Se encuentra en Budapest y es judío. Ha sobrevivido a la Guerra mundial y ahora vive bajo un régimen comunista. David se define a sí mismo como anarco-liberal y no admite más leyes que las de la literatura. Por eso se ha hecho molesto al Gobierno, que le expulsa de su puesto de trabajo e ingresa por algún tiempo en prisión. La policía ha secuestrado sus originales y tiene prohibido publicar en Hungría.